Los lavados nasales están recomendados para limpiar las fosas nasales de los bebés y niños, ya que ellos no saben sonarse la nariz. Además, reducen las complicaciones que derivan de la fase aguda del resfriado o la gripe.
Se puede realizar todos los lavados nasales que nuestro bebé necesite.
El moco ayuda a nuestro sistema respiratorio evitando la entrada al organismo de polvo, suciedad y microorganismos. Pero cuando hay demasiada cantidad de moco, aunque solo sea en la nariz, compromete la calidad de vida de cualquier niño y en especial del bebé lactante provocando:
- Alteración del sueño
- Alteración del apetito
- Tos
- Vómitos
Qué instrumento es mejor para hacer los lavados nasales en bebés
Entre monodosis, sprays y jeringas son igualmente válidos. Va a depender de la pericia de cada padre con cada instrumento.
Los sprays tienen la fuerza regulada, mientras que en monodosis y jeringuilla la presión depende de la fuerza que apliquemos.
Tipos de lavados nasales
- Tumbado boca arriba con la cabeza ladeada totalmente:
Introducir el suero en el orificio nasal superior para intentar que salga por el orificio nasal inferior con el moco que haya expulsado. Repetir del otro lado.
Con este lavado, limpiamos la zona más anterior de la nariz.
La salida de suero debe ser continua, pero evitando mucha presión puede llegar al oído, favoreciendo la aparición de otitis. SI no se forma un flujo continuo, tampoco se hará un lavado efectivo.
En caso de que haya un tapón mucoso, el suero puede rebotar y el lavado no será efectivo.
- Sentado
Niño sentado con la cabeza echada hacia delante. Se echa el suero hacia el interior de la nariz. El suero vuelve a salir por el mismo orificio arrastrando el moco. Repetir en el otro orificio.
Sirve para limpiar la zona más anterior.
Requiere que el bebé/niño tenga control cefálico (tenga control de su cabecita)
- Tumbado boca arriba o sentado con la cabeza hacia atrás
El niño está tumbado o sentado (esta última sólo si tiene control cefálico) y en ambas posiciones tiene la cabeza ligeramente hacia atrás. Se echa el suero fisiológico despacio por el orificio de la nariz para que vaya hacia la parte posterior de la nariz y resbale por la garganta arrastrando el moco.
La cabeza hacia atrás permite la limpieza de la zona posterior de la nariz, donde se suelen almacenar las secreciones, sobre todo en los bebés o niños que pasan más tiempo tumbados.
Con esta maniobra no se tiene riesgo de otitis, pero hay que saber realizar bien esta técnica.
Consejos
- Sujetar al bebé, ya que puede resistirse y lastimarse involuntariamente con la monodosis/spray/jeringa
- La salida de suero debe ser continua, pero evitando mucha presión puede llegar al oído, favoreciendo la aparición de otitis. Si no se forma un flujo continuo, tampoco se hará un lavado efectivo
- El moco más adherido se hidratará en contacto con el suero
- El moco tragado irá al estómago y será expulsado por las heces
- Realizar el lavado nasal antes de las tomas o antes de ir a dormir
- Es normal que el bebé o niño llore.
En Clínica Angular contamos con una especialista en Fisioterapia Respiratoria que realiza las técnicas más oportunas para vuestro bebé o niño, y os enseña a realizar los lavados nasales que necesita vuestro hijo.
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